Utilizar una máquina de vacío doméstica es muy sencillo. Introduces en la bolsa de plástico o en los botes de plástico (especiales para este tipo de máquinas) el alimento que necesites envasar; en el caso de las bolsas, la máquina cierra el extremo abierto de la bolsa a través de una boquilla de vacío que succiona todo el aire de la bolsa. Para que no vuelva a entrar aire, la máquina sella por calor la bolsa para preservar el vacío. Algunos modelos tienen la posibilidad de realizar el vacío en botes. Estos botes especiales tienen una apertura en la tapa. Un adaptador une la máquina de vacío al bote. De esta forma, el bote se queda sin oxígeno permitiendo que en el interior del bote no quede oxígeno. 

El envasado al vacío amplía la vida útil de los alimentos de tres a cinco veces. Lo que hace es eliminar el oxígeno que está en contacto con los alimentos, que es quien reacciona con el contenido estropeándolo. Además, también retarda el crecimiento de bacterias contaminantes y evita la entrada de insectos, hongos y moho.

Tener una máquina de sellado al vacío te permite comprar productos alimenticios en cantidades a granel y volver a empaquetarlos en pequeñas porciones. A la larga, supone un ahorro importante. Pescado, carne, harina, azúcar, arroz, quesos duros, café, frutas frescas, verduras, galletas, frutos secos… Son muchos los productos a los que puedes alargar la vida.